Ser jóven no garantiza que el cerebro no se vea afectado cuando se consumen bebidas alcohólicas en exceso. Así lo ha comprobado la doctora Susan Tapert, de la Universidad de California, en sus investigaciones con jóvenes estudiantes entre los 16 y 19 años de edad. El uso excesivo puede interrumpir el crecimiento normal de las células del cerebro, especialmente en la región frontal, pudiendo afectar su aprendizaje escolar, por ejemplo la geometría, lo mismo que la práctica de los deportes. Las consecuencias, según el estudio sobre lo que se denomina la "memoria espacial", pueden ser mayores sobre las mujeres, que mostraron menor rendimiento y menor atención sobre las labores realizadas, que aquellas que no ingerían bebidas alcohólicas. Como los cerebros de las mujeres se desarrollan dos años antes que el de los hombres, es posible que también tenga incidencia en sus sistemas hormonales. Las consecuencias del alcohol, se han estudiado mucho más en adultos que en jóvenes, y puede ser que los problemas vengan más temprano que tarde, dice la especialista.
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